INT.
HABITACIÓN DE HOTEL. MAÑANA
Una
habitación cuadrada, con las paredes de madera sin ningún tipo de
decoración, aunque en una de las paredes hay una puerta de lo que
parece ser un cuarto de baño. Con escasa luz, muy desordenada, con
una cama de matrimonio, un escritorio, una silla y un espejo de
cuerpo entero. A través de la única ventana vemos cómo el sol va
iluminando ligeramente la habitación gracias al amanecer. Vemos la
cama situada justo debajo de la ventana, deshecha, con una mesita de
noche al lado que contiene unos cuatro cajones y encima de ella vemos
un despertador, un teléfono y un pequeño flexo. En frente de la
cama está situado el escritorio, con una maleta enorme, un flexo
algo más grande que el que vemos en la mesita de noche, un
calendario con el número 23 redondeado en rojo y una taza de té. De
pie, con la espalda apoyada sobre la puerta de la habitación vemos
una silueta de un joven de unos 21 años de edad, de estatura media,
pelo castaño, espalda ancha y unos ojos color miel que hipnotizan
con solo mirarlo. El joven está atento a la puerta del baño de la
habitación.
LEO
(LIGERAMENTE
NERVIOSO LLAMA A LA PUERTA DEL BAÑO). ¿Cuánto
tiempo queda Laia? ¿Quieres que entre contigo? Estoy empezando a
ponerme un poco nervioso...
(Acto
seguido se abre la puerta y aparece una chica aún más joven que él,
de unos 17 años de edad: Rubia, ojos verdes, delgada y de estatura
media).
LAIA
LEO
(INTENTANDO
CALMAR A LA JOVEN). Tranquila
cielo, pase lo que pase yo voy a estar a tu lado, ¿vale? No te
preocupes más. Veamos le resultado y si hay que hacer algo lo
hacemos, tú estate tranquila. (LE
SONRIE PARA ANIMARLA).
(Ambos
entran al baño y sobre la pila se ve un predictor usado. Se acercan
juntos para ver el resultado, LAIA lo coge y lo mira. Sin decirle
nada a LEO le abraza y empieza a llorar).
LEO
(PREOCUPADO
POR EL RESULTADO). ¿Pero
qué es? ¿Qué ha salido? Laia no me asustes así...
LAIA
(DEJA
DE ABRAZARLE PARA MIRARLE). Es
negativo cariño, ¡Es negativo!
(Ambos
se miran, sonríen y se abrazan).
LEO
Buff...
¡Menos mal! (MIRA
A LAIA). Te
quiero muchísimo...
LAIA
(SONRIE).
Y
yo a ti Leo, ¡muchísimo! (SIGUE
LLORANDO DE LA EMOCIÓN)
LEO
(TAMBIÉN
SONRIE). Ahora
vamos pequeña, vayamos a desayunar algo y aprovechemos la mañana.
(Laia
se seca las lágrimas y ambos, cogidos de la mano, salen por la
puerta del baño, cogen las llaves de la habitación y salen por la
puerta).