lunes, 6 de mayo de 2013

Secuencia I


INT / CAFETERIA / MAÑANA

La cafetería, iluminada por los rayos de luz que entran a primera hora de la mañana, cuenta con tres mesitas con cuatro sillas cada una, una barra acompañada de cinco taburetes y una máquina de tabaco, al fondo a la derecha se ven dos puertas, una con un aseo dibujado y otra con una señal de “prohibido pasar”. De fondo suena la radio con una canción alegre y en una de las paredes vemos una tele encendida pero  con la voz muy bajita, de forma que solo se oye la radio. Las paredes son moradas, a excepción de una de ellas que tiene un mural artístico pintado que ocupa toda la pared. La cafetería está aún vacía, pero oímos ruidos procedentes del almacén.
Vemos a Zaida, una muchacha de unos 25 años de edad, morena, alta e increíblemente atractiva, arrastrando cuatro cajas apiladas llenas de botellas de refresco. La joven está haciendo un sobreesfuerzo ya que no puede con las cajas. Las mueve del almacén a la barra y comienza a vaciar las cajas y colocar las botellas en la nevera detrás del mostrador. En este momento Zaida esta como ausente, pensando en sus cosas y guardando las botellas de forma automática, mirando el reloj que hay colgado en la pared que marca las 8:45. Aún. Tiene cara de sueño y está pensando que aún le quedan más de siete horas de jornada.
Pasada una media hora sigue sin haber nadie en la cafetería, Zaida ha acabado sus tareas de preparación, su jefe no ha llegado todavía y ella está sentada en un taburete, aburrida, apoyada en la barra y haciendo zapping en la televisión. Vuelve a mirar el reloj y se queda pensando en la monotonía de su día a día. Empieza a frustrarse y sentirse desanimada.
A las 12:10 Zaida sólo ha servido dos cafés y un par de tostadas a una mesa en toda la mañana, y es entonces cuando aparece su jefe por la puerta, un hombre de unos 40 años que lo único que hace es meterse en su despacho, que está dentro del almacén, y jugar al ordenador. Cada vez que Zaida ve este comportamiento aprieta los dientes, cierra los puños de rabia y se siente impotente, sobre todo si piensa que lleva 6 meses sin cobrar porque su jefe no hace nada por conseguir dinero. Esta vez Zaida no puede resistirse y a las 12:25 de esa misma mañana se planta en el despacho de su jefe, se quita el delantal, se lo tira sobre el estudio y se marcha dejando su trabajo. Estaba harta de trabajar por nada. Zaida, había decidido cambiar su vida. Ahora solo se ve una cafetería vacía con música alegre de fondo. 

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